LA REINA ISABEL CANTABA RANCHERAS de Hernán Rivera Letelier.
Me encanta el relato de Hernán Rivera , con un lenguaje que parece simple, pero que en realidad adopta el cuerpo necesario para describir desde dentro, sin endulzar nada, la realidad de el tiempo de La Reina Isabel, la prostituta
más dulce y querida de la pampa, esa que más allá de ofrecer a los rudos pampinos sus artes amatorios, también fué capaz de entregar amistad y cariño a estos solitarios pampinos y a sus demás
colegas de profesión como la ambulancia, la poto malo, la chamullo , la cama de piedra , la mala noche y tantas otras que formaban esta confraternidad de feminas llegadas desde los puertos cercanos o de oficinas ubicadas en lo más recóndito del desierto de Atacama.
La historia nos sorprende con la muerte de La Reina Isabel, y desde allí con los ojos de carrilanos, tiznados , patizorros y prostitutas, comienza una entretenida descripción del mundo de las salitreras durante el lastimero período de la aparición del salitre sintético que llevó a cerrar una tras otra casi la totalidad de las oficinas salitreras del norte chileno.
Rápidamente el relato envuelve, porque está lleno de personajes inolvidables que van contando las aventuras de su vida, así se transforma en parte fundamental el Poeta Mesana, que es quién de mejor manera describe a su querida Reina Isabel.
Leer este libro , meterme en sus personajes , me hizo valorar algo tan escaso en Chile como lo es nuestra identidad de país, rescaté la valoración de los personajes de a pie, de esos que transpiran, que van al baño y que sienten amor y dolor.
En una sociedad vestida de ternos y zapatos prestados, que bueno es encontrar una novela que habla de nuestra historia con gente con ropa sin marca y con almas con cicatrices.
Rápidamente el relato envuelve, porque está lleno de personajes inolvidables que van contando las aventuras de su vida, así se transforma en parte fundamental el Poeta Mesana, que es quién de mejor manera describe a su querida Reina Isabel.
Leer este libro , meterme en sus personajes , me hizo valorar algo tan escaso en Chile como lo es nuestra identidad de país, rescaté la valoración de los personajes de a pie, de esos que transpiran, que van al baño y que sienten amor y dolor.
En una sociedad vestida de ternos y zapatos prestados, que bueno es encontrar una novela que habla de nuestra historia con gente con ropa sin marca y con almas con cicatrices.
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